Cuando la pandemia de COVID-19 afectó a Nicaragua, el sector educativo del país ya enfrentaba varios desafíos: una cantidad de niños y niñas no escolarizados, resultados de aprendizaje por mejorar y baja matrícula en primero y segundo nivel de educación inicial, debido a efectos culturales de madres y padres de familia que deciden no matricular a sus niños por estar muy pequeños.
El Ministerio de Educación priorizó dos de los efectos negativos más inmediatos de la COVID-19: el empeoramiento de los resultados educativos y el deterioro del bienestar para los estudiantes más vulnerables.
Una subvención por COVID-19 de la GPE de USD 7 millones para el período 2020 2022, con el Banco Mundial como agencia gestora, respaldó los esfuerzos de Nicaragua para reducir la pérdida de aprendizaje y desarrollar las habilidades socioemocionales de los niños y las niñas en riesgo.
Las escuelas nicaragüenses nunca cerraron durante la pandemia, pero la asistencia a las escuelas públicas disminuyó del 87% a un promedio de 50% a 57% entre marzo y junio de 2020 debido a que los padres optaron por no enviar a sus hijos.
La pandemia afectó de forma diferente a los hogares y las comunidades según su nivel socioeconómico y su resiliencia. Las familias de ingresos medios y altos cuyos hijos asistían a escuelas privadas pudieron enfrentar mejor los desafíos que presentó la crisis, al mantener el aprendizaje en el hogar o a través de modalidades de enseñanza a distancia.
Los estudiantes de las escuelas públicas de familias de más bajos ingresos tuvieron dificultades debido a la asistencia irregular y a la falta de acceso a dispositivos digitales y conectividad, sin embargo, el MINED implementó diversas metodologías para atender a los estudiantes y asegurar su continuidad educativa.
Cuadernillos didácticos para estudiantes sin conectividad digital
Los fondos aportados por la GPE respaldaron el diseño y la distribución de cuadernillos didácticos destinados a reducir la pérdida de aprendizaje de los estudiantes sin acceso a dispositivos digitales y conectividad tanto en el hogar como en la escuela. De los 64 cuadernillos didácticos, 15 fueron contextualizados y traducidos a seis idiomas locales de la Costa Caribe de Nicaragua.
Se diseñaron cuadernillos didácticos para educación inicial, primaria y secundaria, y para las modalidades de educación regular, especial, multigrado y a distancia, para las siguientes asignaturas: matemáticas, ciencias naturales, ciencias sociales, y lengua y literatura. Más de 10.000 escuelas recibieron 2,5 millones de ejemplares de estos cuadernillos.
Se proporcionó capacitación sobre el uso de la gestión de los cuadernillos didácticos a asesores pedagógicos, directores de escuela y coordinadores técnicos de nivel regional y municipal, además de a 14.000 docentes. Una encuesta realizada a directores y docentes indicó que más del 90 % consideraban que los libros de ejercicios proporcionaban un apoyo pedagógico fundamental para ayudar a los docentes a mantener la continuidad del aprendizaje durante la pandemia.
Ampliación del uso de herramientas digitales
Para ampliar el acceso a los contenidos educativos digitales, la GPE financió el diseño de plataformas y herramientas de aprendizaje digitales asociadas a los cuadernillos didácticos. Más de 6.000 estudiantes de 80 centros educativos de Primaria Multigrado se beneficiaron del uso de las nuevas herramientas digitales.
Los centros educativos se seleccionaron en base a la disponibilidad de electricidad, la accesibilidad para la entrega de equipos, la cantidad de estudiantes inscritos y la estructura y seguridad de los establecimientos. El equipamiento de cada centro educativo consistió en 20 tabletas, un proyector láser, una impresora, un enrutador y dos computadoras portátiles.