En junio de 2022, El Salvador se convirtió en el primer país en acceder al Acelerador de la Educación de las Niñas (GEA, por sus siglas en inglés). La subvención de $15 millones combina $5 millones del Acelerador de la Educación de las Niñas y una subvención multiplicadora de $10 millones.
Las subvenciones de la Alianza Mundial por la Educación (GPE) apoyan el componente de educación de las niñas plasmado en la Política Nacional de Apoyo al Desarrollo Infantil Temprano y otras políticas, planes y programas vinculadas al sector. Además, cuentan con el respaldo del grupo local de educación (GLE) a través de su Pacto de Asociación y seleccionada como una prioridad política para transformar el sistema educativo.
La prioridad es apoyada por el programa homónimo del Banco Mundial «Crecer y Aprender Juntos: Desarrollo Integral de la Primera Infancia», así como el programa del Banco Interamericano de Desarrollo «Nacer, Crecer, Aprender», entre otras intervenciones de socios.
Como parte de la revisión sectorial conjunta de noviembre 2022, los miembros del GLE y el Ministerio de Educación discutieron el avance en la implementación del Plan Sectorial 2022-2030 y el Compacto. La discusión incluyó los potenciales indicadores de seguimiento, así como alternativas para fortalecer la planificación y seguimiento con enfoque de equidad.
Comprender cómo se utilizará el GEA en El Salvador y cómo ha marcado una diferencia en las discusiones de país es particularmente importante a medida que aprendemos de la implementación del modelo operativo GPE 2025.
La educación de las niñas en el centro de las prioridades de El Salvador
El compromiso con la igualdad del acceso a educación de las niñas no es nuevo en El Salvador. Sin embargo, se conceptualizó como una de las múltiples prioridades. Participar en una discusión centrada en la transformación del sistema significó seleccionar prioridades políticas y reevaluar el papel de la igualdad de derechos en la discusión sectorial.
La primera diferencia notable fue el creciente interés en que este ámbito integrara en el conjunto más amplio de prioridades sectoriales, no en paralelo, sino plenamente integrada. Dicho enfoque plenamente integrado de derechos condujo al segundo cambio. Cuando la igualdad derechos para las niñas se considera una prioridad separada, es natural entender que el diálogo sea menos independiente de otras prioridades.